INTIMIS TEATRIS. DESNUDO FOTOGRÁFICO POSTSOVIÉTICO EN RIGA (1985-1995)

EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA EN FACTORÍA DE ARTE Y DESARROLLO. MADRID.

CÓMO HEMOS CAMBIADO

JANIS OZOLINS nos contaba el pasado viernes cómo ha cambiado el mundo desde finales de los 80 hasta nuestros días en lo relativo a la fotografía y el mundo del arte y era contundente: «Nos hemos vuelto más puritanos». Así de claro, hace 30 o 40 años éramos más libres a la hora de fotografiar y exponer. El desnudo era algo natural e inocnete. Varias décadas después la dictadura del algoritmo ha desterrado pezones y genitales a canales de exhibición escondidos de las miradas mayoritarias en las que se funde de forma inevitable con ese primo lejano del desnudo artístico que es la pornografía.

MERCANTILIZACIÓN DEL CUERPO

Otro aspecto que podemos ver claramente al comparar estas preciosas imágenes, la mayoría de ellas originales de la época y terminadas de esculpir por el cincel afilado del tiempo, con imágenes similares de la actualidad es como el campo de la publicidad lo ha invadido todo. La serie de fotografías seleccionadas por Janis nos trasladan a un mundo de modelos que resuenen a la vocación artística de Mapplethorpe o incluso a Man Ray, lejos de los desnudos en 2022 que casi siempre aparecen teñidos por ell mercantilismo carnal Vogue o a Vanity Fair.

PORNOGRAFÍA vs EROTISMO

Según nos cuentan en la propia web de la galería, «El título de la exposición toma el nombre de una de las primeras revistas ‘eróticas’ de la época, donde comenzaron publicarse muchas de esas imágenes, a caballo entre el formalismo clásico, la documentación de la performance, el retrato psicológico y escenografiado o la simple celebración de la amistad y el amor libre. Cabe destacar en especial el desarrollo de metodologías de la fotografía escenificada, mediante una síntesis de elementos teatrales, dramatizados o narrativos, junto con principios estéticos tomados del último cine desde el neorrealismo italiano, la nueva ola francesa o el pop americano.»

La exposición permanecerá abierta hasta el 31 de julio y es una estupenda ocasión para atisbar por la mirilla del tiempo hacia los últimos coletazos de la inocencia corporal. Más información en la web de Factoría de Arte y Desarrollo

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